Os voy a contar cómo me hago yo una limpieza de cutis. No utilizo cosméticos. Esto suele sorprender mucho a la gente. Si, soy una esteticista que utiliza lo mínimo posible la cosmética.
Y no lo hago porque cuando estudias la asignatura te hacen aprenderte todas las propiedades de cada ingrediente que añaden, pero nadie te cuenta la otra cara de la moneda. No digo que todo lo que venga en las cremas que compramos sea malo, pero si están mezclados con sustancias tóxicas e irritantes.
Vivimos en una sociedad en la que todo está manipulado de tal manera que comemos, bebemos y nos frotamos con sustancias tóxicas (en pequeñas cantidades, pero acumulativas), así que me gusta intentar reducir estas cantidades aunque sea un mínimo. Dentro de lo poco que se y de lo poco que tengo a mi alcance.
Y no sólo estoy hablando del dinero que supone, tampoco digo que sólo lo natural es bueno, ni que voy en contra de la sociedad, es que creo que nuestro cuerpo sabe perfectamente lo que hace y no creo que necesite tanta ayuda. Y cuando digo tanta ayuda me refiero a: desmaquillarse a la noche y aplicar crema nutritiva, al levantarnos lavarnos la cara y aplicar la crema de día, serum, ampollas, exfoliarnos la piel semanalmente, acudir a realizar una limpieza de cutis cada 3 meses...
En primer lugar, me lavo la cara con una mezcla de agua con miel y después me hidrato con glicerina y agua.
Me exfolio la piel sólo una vez al mes. Lo hago con miel y sal (o azúcar moreno)
Y YA ESTÁ.
Otro día con más tiempo añadiré alternativas a la limpieza de cutis tradicional para distintos tipos de pieles y os contaré más detenidamente porqué he escrito todo esto.
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